Columnas 2001

Columnas que fueron publicadas en el 2001

Saturday, September 23, 2006

De perros, humanos y dios

De mi sentir. De perros, humanos y dios. Jesús H. González de León.
Deberíamos aprender de la relación del perro con su amo para que, con todas las debidas proporciones guardadas en esta comparación, sigamos el ejemplo en los aspectos positivos que podemos imitar. El perro ve a su amo como una especie de dios. Gracias a su dueño el perro puede comer, pasear, vacunarse evitando enfermedades. El perro esta contento de ver a su amo y lo primero que hace es saludarlo. Lo espera con gusto y le es fiel. Somos criaturas de Dios y El nos cuida así como el amo cuida a su perro. El perro no exige como lo hace a veces el humano. El amo castiga al perro cuando este se porta mal y sabemos que es por su propio bien, o por que es un comportamiento indebido. aunque el perro no lo ve muy claro, nosotros si y sabemos, o al menos creemos que tenemos la razón. El perro sigue a su amo a donde quiera que este va y le es agradecido por lo que le ha dado, y así como el perro es humilde y agradecido deberíamos ser nosotros con Dios.. Ojalá y tuviéramos tantito de perros. El perro nos sigue queriendo aunque lo regañemos y le peguemos por portarse mal, no se rebela como lo hace el humano con su dios, ni se enoja con sus semejantes, el perro sabe perdonar al dueño que lo castiga injustamente. Aunque también tenemos algunas clasificaciones de perros menos buenos y algo extraños, de los cuales no debemos seguir sus ejemplos, pero es preciso conocerlos. Veamos: El perro de azotea: especie de perro que podemos encontrar en colonias populares, que son su hábitat natural, no le teme a las alturas puesto que desde que nació vive ahí, acostumbra ladrarle a toda la gente y a los perros que pasan porque sabe que no le pueden hacer nada. A menos que no lo tumben antes de una pedrada, este perro comúnmente muere de viejo porque no sufre ni un rasguño de otros perros. El carretonero: se caracteriza por ser el perro mas bravo y agresivo, que acostumbra rondar las carretas donde se transportan los periódicos o la basura, suele andar en “bola” y atacar a perros residenciales, (ver perro Fifí mas adelante) que salen golpeados por la amplia experiencia en peleas de estos perros. El perro alcanza-carros: esta raza acecha escondido en algún paraje solitario (a veces cuenta con otro perro cómplice que le avisa cuando viene algún carro) esperando a que pase un carro con un conductor distraído para pegarle un susto al conductor apareciendo por sorpresa, ladrando, persiguiendo al carro y haciendo la finta de que le va a brincar por la ventana. Casi siempre mueren victimas de un atropellamiento o de un conductor agresivo que les da una desconocida echándoles el carro. El “solovino”: se le llama así al perro que llega solo, sin que nadie le llame y trata de pegarse a una persona haciéndole gracias a para que lo adopte como su dueño. Acostumbra seguir a su victima por todos lados, incluso al trabajo, escuela, supermercados. El perro Fifí: Es un perrito fino que viaja en carro sacando la cabeza, siempre muy bañadito y peinadito, por lo general es un French Poodle, este perro tiene un bajo coeficiente intelectual y si se le avienta un hueso o una galleta es capaz de saltar por la venta del carro en movimiento en el que viaja. Ya escribiendo en serio, los canes se recomiendan hasta como terapia para acariciarlos por su efecto terapéutico. Asimismo se han reportado casos de perros que “sienten” (en realidad huelen) cuando su dueño o algún miembro de la familia va a sufrir un ataque ya sea de epilepsia o al corazón , por lo que se adelantan a llevarlos a un lugar seguro o de avisar a los padres de los niños o alguna persona que este cerca. Igualmente su labor de compañía, de guías para ciegos, de búsqueda en casos de desastres, de guardianes, los hacen ser muy útiles a la sociedad por lo que hay que evitar que se les de un trato cruel, aunque de ninguna manera se les debe dar la jerarquía que representa la dignidad humana, sí merecen un buen trato como seres vivos especiales. jesus50@hotmail.com

Ayudenle a Juan (2001)

Ayúdenle a Juan. Jesús Humberto González de León.
Por el camino a casa Juan se sentía confundido y desconcertado respecto a su futuro, el sentimiento era una mezcla de rabia, angustia, incertidumbre. Sentía que se le había caído el mundo encima, era como si hubiera perdido un ser querido, con el que había convivido tanto tiempo. Llego casi llorando a su pequeña casa, que aunque modesta era acogedora. Ahí lo recibió su esposa. -Que te pasa? -Ella lo noto de inmediato, aunque Juan no le quería dar la noticia, porque no se atrevía. Después, con el transcurso de los días llego la desesperación, esa mala compañera, como una visita no deseada que se sabe que vendrá. Se sentía inútil, con la autoestima por los suelos, el suicidio paso por su mente. Juan tenia demasiado tiempo de ocio y se refugio en el alcohol, bajo sus efectos llego al extremo de robar para darle de comer a sus tres hijos. Juan, que era un excelente trabajador, fue despedido, por la recesión en la industria automotriz. Esta historia pudo haber ocurrido hace poco en algún lugar de Saltillo en donde tenemos 25,000 desempleados en lo que va del año y se espera que la cifra pudiera llegar hasta 30, 000 a fin de año. La realidad es que el desempleo, como la pobreza, no son cuestión de cifras, se trata de seres humanos con rostros y problemas reales. Las medidas que se han tomado por el gobierno del estado y municipal, si es que hay, resultan desconocidas. Los micro-créditos que promueve el gobierno federal todavía no se han podido aterrizar hacia la sociedad y los pocos que hay son a tasas poco atractivas, por cantidades que no alcanzan para arrancar un negocio y tampoco para sostener sus gastos de operación. Así que Juan difícilmente podría iniciar un negocio, porque no tiene capital, experiencia, y con la crisis no hay mercado que le compre. Los recientes planes del gobierno federal, como son: impulsar junto con las empresas una intensa campaña de consumo de productos nacionales, la mejora profunda en el marco regulatorio que disminuya los costos de la inversión y generación de empleo, así como fortalecer el empleo temporal, son medidas para proteger al sector social que pudieran resultar factibles, pero se pueden tardar en dar resultados. Es urgente que se ayude a estas personas que han sido despedidas y necesitan sobrevivir de alguna manera. Es tarea suprema del estado garantizar el bien común, y ello incluye atender al desempleado. El trabajo es un derecho y dignifica al hombre, forma parte de su esencia “somos lo que hacemos. ” Así mismo lo hace sentir útil y realizado para contribuir a la comunidad, mas allá de la simple supervivencia. En algunos países desarrollados existen subsidios temporales para los desempleados, para aquellos que han sido despedidos y que aunque buscan, el mercado no les puede ofrecer un empleo. Les permite sobrevivir a ellos y su familia evitando problemas sociales. Aquí no tenemos esa clase de rescate, solo hay de bancos, de aerolíneas, de empresas azucareras, pero a los desempleados no. El principio de subsidiariedad es muy claro: El estado debe hacer por el individuo lo que este no puede hacer por si mismo. El subsidio no debe ser paternalista, si se hiciera una ley y un procedimiento para otorgarlo, deberían ser cuidadosamente estudiados, para no cometer el error de sostener a alguien que en realidad no quiere trabajar, pudiendo hacerlo. Se pudiera crear un fondo de seguridad social para el desempleado, en esfuerzo conjunto del gobierno y la empresa que despide y que en un futuro recontrataría, evitándose el gasto de capacitar a otro empleado. A veces juzgamos a la gente que vemos pidiendo en la calle, sin saber que quizás esa persona paso el día buscando trabajo. La ignorancia que impide estar calificado para un puesto y la falta de crecimiento en la economía que nos esta tocando, solo empeoran el desempleo. Seamos solidarios con los desempleados. jesus50@hotmail.com

Una visita. (2001)

Una visita. Jesús Humberto González de León.
Llegamos y nos empiezan a mirar con curiosidad, casi todos estan en las canchas de basketbol de cemento gris, igual que el cielo que de ese dia y como todo ese lugar lugubre y triste. Aunque estan en la cancha, no juegan. Mientras unos platican, otros se dedican a bailar con la musica colombiana que proviene de una grabadora . Si no juegan no es porque no les guste sino por que casi nunca hay balones, “porque los ponchan”. En este lugar no hay mucho en que entretenerse. Juan junto con otros ofrece articulos como rosarios o plumas forradas con hilos morados, rojos, azules que semejan un arociris y forman frases con leyendas como “Dios es perdon.” Estan tambien los salones para tomar clases, pero el mismo maestro les da a diferentes niveles y grados de conocimiento, y lo que para unos es dificil para otros como Alberto es aburrido. Tambien hay una capilla donde de vez en cuando se puede ver algun muchacho por ahí. Pasamos a un salon en donde convivimos el grupo de afuera con ellos. Alberto con aparente timidez, que era mas bien desconfianza, tardo poco en empezar a platicar con Maria y su amiga, una de los del grupo visitante. Hace poco me entere por azares de la vida que los compañeros de Alberto le han empezado a decir “el licenciado” desde que le asignaron algunos trabajos administrativos. Recientemente, hasta le dieron una llave de las oficinas, gracias a su honradez y desempeño. A sus 17 años es uno de los mayors de este lugar. Por su edad o por su liderazgo, los demás le guardan un respeto y obediencia. Cuando dice algo le hacen caso. A la hora de la comida todos hacen una fila en el pasillo que se encuentra a la entrada del comedor, delimitado por una pared de un gris lugubre y decolorada que lo separa los baños algo descuidados. Mientras se dirigen al comedor Antonio y Juan van dandose golpes, aprovechando un descuido de sus superiores. Llevan la ira dentro de ellos y aunque se comportan mejor por la visita, no se aguantan. “Es que no me voy a dejar que me este molestando”-dice Antonio, que tambien esta ahi por homicidio, mientras Gonzalo del grupo visitante le dice “ no les hagas caso”. Le pide control y dominio de si mismo, fácil de decir, muy difícil de lograr Se empieza a pasar lista y Alberto responde un “presente” con una voz ronca. Alberto sueña con seguir estudiando, sueños de libertad, sueños de perdon, de olvido , de empezar de nuevo. Piensa para si mismo “ Si Dios ya me perdonó quiero que mi familia y la sociedad tambien lo haga.” Alberto había matado a su padre. Parricidio le dicen a la etiqueta que lleva puesta. Por si usted no lo habia adivinado, se trata del centro de readaptacion varonil para menores en donde, ya que muchos son de Piedras Negras, Monclova o alguna otra ciudad no tan cercana, la comunicación es principalmente por telefono con sus madres, las visitas son mas bien pocas y bienvenidas cuando llegan, como los alumnos del Colegio Cumbres o el Padre Gaetano, de la pastoral penitenciaria. Todos estan ahi por una razón diferente, como dice uno de los custodios, para algunos su error fue estar en el momento inadecuado, en las circunstancias inadecuadas y reaccionar de la manera equivocada e irreflexiva que se les hace fácil a su corta edad. Recientemente dijo el Papa “no ha paz si justicia, ni justicia sin perdon”. Y lo predicó con el ejemplo cuando visitó y perdonó en la cárcel a su agresor Ali Agca, quien le había disparado tiempo atrás. El Papa estuvo abogando por el hasta que finalmente fue liberado y trasladado a su tierra en donde se le juzgó por otros delitos diferentes. Si todos los agredidos visitaran y perdonaran a su agresor, estarían ambos mas en paz. En estos dias, en que se requiere paz, tolerancia y comprension, aprovechando el tiempo propicio, hagamos un esfuerzo por sembrarlas en nuestra familia, trabajo y ámbito en el que nos desenvolvamos. jesus50@hotmail.com